Kevin Spacey, la sonrisa de Mona Lisa presta y la leyenda de
Keyser Söze todavía reciente, llena de redundante ambigüedad y misterio un papel
escrito a su medida --aunque originario de un libro al parecer ofrecido
previamente a otro actor…, uno que seguramente no imita a
Chris Walken. Jeff Bridges es el otro peso pesado de la función, un psiquiatra
que terminará por descubrir la identidad de este visitante escapado del set de
The Day the Earth Stood Still --la de Michael Rennie, no la de Keanu, por favor.
Lo cierto es que (sin revelar nada importante al lector que no hubiere visto
aún la cinta) K-PAX puede decepcionar a quien desee respuestas claras y
tajantes del tercer tipo. No por nada, finalmente, la desmesurada calidad
dramática del héroe de American Beauty inyecta de vigor a una lección que, en
otras circunstancias, habría caído en la obviedad de un magro juego de
azulejos.
lunes, 28 de enero de 2013
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