lunes, 4 de marzo de 2013

Noah Calhoun que estás en los cielos

Sans los cisnes: Rachel McAdams (Allie) y Ryan Gosling en The Notebook

Aún recuerdo aquella biografía en E! donde A. J. Benza, Vincent Gallo y otros celebraban la singularidad de Mickey Rourke: ¿Qué habría sido de uno de los mitos actorales del cine americano de los ochentas si, en plan fatal a lo Jimmy Dean, la vida hubiese terminado al cabo de rodar The Pope of Greenwich Village (1984)? Rourke es más que un actor, como Travolta, y Gallo afirmaba que ya le gustaría a Sean Penn ser Mickey Rourke. ¿Qué tal, me pregunto ahora, si Penn hubiera muerto unas semanas antes del estreno de At Close Range (1986)? ¿Si River Phoenix hubiese caído a la salida del Viper Room de Johnny Depp a sólo horas de la premiere de Running on Empty (1988)? ¿O Depp acribillado por la policía después de destrozar su cuarto de hotel ya finalizada la fotografía principal de Don Juan DeMarco (1995), o, antes, de un prematuro ataque al corazón por lo que él consideraba la vergonzante calidad de 21 Jump Street? ¿DiCaprio demolido por una de sus habituales juergas adolescentes en plena Leomanía a causa del Titanic? ¿Si la conspicua quijada que hizo de Rob Pattinson una estrella internacional se hubiese dejado caer en la misma premiere de Twilight (2008), víctima de alguno de sus indignados críticos, insospechadamente psicótico? Alguien habría podido observar en voz alta que, a diferencia de la insólita belleza de rasgos extraños como de otro mundo de Edward Cullen, River era tanto más que una soberbia mata de cabello que es aun insultante recordarlo --un pelo el de River que era parte integral de su trabajo (y lo fue en el film de Sidney Lumet), no obstante--, e incluso Noah Calhoun resulta injustamente el verdadero héroe romántico olvidado por las veleidosas quinceañeras con sólo un lustro más de vida encima. Y entonces sí, se nos ilumina el pensamiento: el género de las chick flicks es salvaje de corazón (por algo la frase es de Tennessee Williams), sino miren, pues, a Ryan Gosling en probablemente el único gran clásico de su filmografía. The Notebook (2004) fue y es todavía y acaso siga siendo indefinidamente un gesto de auténtica rebeldía en los tiempos de una posmodernidad muy frecuentemente cínica y descreída, amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario