lunes, 18 de marzo de 2013

Branka Katić en Crna mačka, beli mačor (1998)

Branka, más modosita, en la teleserie Big Love

Gato negro, gato blanco es una de las obras cumbre de Emir Kusturica, y probablemente también una de las mejores comedias de su década. Esta épica surrealista, desenfrenada y esperpéntica ambientada en el mundo delictivo de la gitanería serbo-croata --al igual que aquella inolvidable, traumática inmersión en el realismo mágico de los Balcanes llamada Tiempo de gitanos (1988)-- cuenta con la genialmente desbordante actuación de Srdjan Todorovic como el desmadrado gánster Dadan, una banda sonora plena de la música más festiva y exquisitamente exótica explayada en imágenes de pura imaginería felliniesca e incontinencia tremendista como poquísimas veces han turbado los sentidos desde una pantalla, y, muy especialmente, la maravillosa belleza indeleble de Branka Katić como la silvestre, milagrosa, luminosa Ida --entre otros atractivos de un título que no puede pasar desapercibido para nadie tocado por la ensoñación del celuloide.

 "Ida" y el afortunado Florijan Ajdini en una escena del film

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