La excelente Gillian Anderson encuentra un adecuado vehículo
dramático en este thriller nihilista producido en la Gran Bretaña. Un joven
instalador de alarmas inhalámbricas (notabilísimo Danny Dyer) se enamora de una
de sus clientes, una atractiva mujer (Anderson) en compañía de la cual será
asaltado y desfigurado, siendo ella brutalmente violada, por un trío de
degenerados que (inevitablemente) conjuran el recuerdo de la modélica Deliverance.
La venganza, premeditada y servida en plato frío, no será
por ello menos delectable.
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