domingo, 9 de mayo de 2010

Gary Cooper (en Man of the West)


Otra extraordinaria dirección de Anthony Mann --cuyo desempeño en The Naked Spur (1953) está visto que nunca me gustará, no sé bien por qué. El siempre extraordinario Gary Cooper domina todo el metraje, rodeado de un buen grupo actoral (aunque reducido en número); he comprobado que la nobleza de Cooper es quizá más humana que cinematográfica: puede parecer un despropósito mi aseveración, pero a un Brando no hay cómo quitarle los ojos de encima, y eso no sucede con Cooper. En Garden of Evil (1954), Richard Widmark casi le roba la película, y en Man of the West (1958) el actor que interpreta a su primo Claude prácticamente lo deja difuminado en la escena del diálogo en la carreta. Sin embargo, Cooper no puede estar mejor. Así que esa humanidad, esa imprecisa mezcla de efectividad profesional y carisma, esa unidad contradictoria de imponencia y escrúpulos que es su nobleza, nos está enseñando a ver el cine. Al menos un western con la profundidad moral de éste.

Pueden notar al sensacional Lee J. Cobb en el reparto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario