En esta valiosa película con mensaje, la
pequeña gran Natalie Wood (11 años de edad) interpreta a Susie, la soñadora
hija menor de un granjero tiránico (Walter Brennan) cuyo gobierno familiar
ostenta el conveniente disfraz de la democracia. Tal patriarcado se verá
remecido por la consciencia ética, de raíces bíblicas señaladas en el título,
de su nueva comunidad de vecinos, sobre todo cuando Abigail, la hermana mala
(una de esas niñas echadas a perder que antagonizan de lo lindo en el melodrama
americano), alimente el conflicto al acusar la desobediencia de la hermana
mayor, Deborah, quien con Susie es apoyada por el joven representante de la ley
en el pueblo. El actor clave de films como Rio Bravo y My Darling Clementine es
puntualmente convincente y la futura estrella de Rebel Without a Cause poco
menos que adorable en esta bucólica, amable cinta --cuyo rodaje, no obstante, marcaría la vida de Natalie, con una pulsera característica y un no menos perenne (y trágicamente premonitorio) miedo pánico a las aguas profundas-- que vale la pena rastrear.
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