El año
2008 no sólo vio la desaparición de Heath Ledger por culpa de sustancias
químicas tan peligrosas, sino que también quien fuera niño prodigio de
Hollywood, Brad Renfro, moría debido a las malditas drogas, aunque de manera
totalmente oscura, tristemente olvidado e inclusive repudiado por su propia
comunidad. Al caer en la espiral irreversible de su autodestrucción, Renfro
perdió su brillante porvenir y finalmente su vida, después de desvanecerse en películas
que nadie conoce o quiere conocer, quien había protagonizado uno de los mejores
debuts del cine. Los Oscars que justamente honraron la memoria de Ledger,
eligieron olvidar a este otro talento que también había hecho historia.
Basada
en una novela de John Grisham, The Client permanece como una de las más
interesantes cintas inspiradas en el autor, y como uno de los logros de un
director tan irregular como intrigante, que tal es Joel Schumacher, realizador
a quien debemos un título como The Lost Boys. En Memphis, el secuestro y
asesinato de un senador por la mafia dispara acontecimientos que cambiarán las
vidas de una madre soltera, sus dos pequeños hijos, y la abogada que se hará
cargo de uno de ellos. Schumacher rueda la trama judicial y detectivesca
explorando las clases sociales, las tipologías, los acentos, el ambiente en
conjunto sin que éste obstruya el potencial de aventura, de riesgo, de
confrontación siempre humana que circula en el torrente sanguíneo de un relato asentado
en aspectos definitivamente sórdidos, de todo lo cual sabe aprovechar lo más
beneficioso para la cinta. Como en su famosa adaptación de A Time to Kill (otro
libro de Grisham), las emociones más básicas y las interpretaciones actorales
se encuentran al servicio de una serie de eventos que nos descubrirán un ángulo
con suerte inédito, angélico y demónico casi a un mismo tiempo de nuestra
propia naturaleza. Y es, entre maestros del drama como Susan Sarandon y Tommy
Lee Jones, el pequeño Brad Renfro quien tiene la responsabilidad de llevar la
carga de toda esa experiencia sobre sus hombros, de tal suerte que el
espectador pueda maravillarse ante la fortaleza admirable que una conmovedora
actitud de tough kid esconde en el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario