2 de Abril de 1974: Houseman recibiendo el Oscar de manos de la hermosa Cybill Shepherd
Allá por los primeros ochentas, las
televisiones latinoamericanas transmitían una serie llamada, en Perú, Alma
Mater, cuyo episodio piloto no oficial sería este filme --así como Fame (1980), la
gran película de Alan Parker estelarizada por el inolvidable Barry Miller, lo
fue de la multigalardonada y popular teleserie homónima. Ambientada en los
dorms de Harvard y sus bibliotecas y círculos de estudio --más precisamente, su
Facultad de Derecho--, el guionista y director James Bridges (también
responsable de, por ejemplo, aquella delirante e igualmente memorable oda a
Jimmy Dean titulada September 30, 1955) se beneficia del superficial e
inmediato atractivo que sobre el público gozan los claustros universitarios
debido al fenómeno aún tan reciente de Love Story (1970), para, sin embargo, sumergir
al espectador en una experiencia cuya distancia académica o frialdad
estilística la acerca en teoría más a una idiosincrasia británica, distancia que será
cubierta progresivamente hasta culminar en un satisfactorio, y sorpresivamente
emocionante, clímax siempre en el tono aparentemente quedo e intelectual del
conjunto. La en realidad elegante y juvenil película destaca, entre otros motivos, por sus finas
actuaciones: más aun que las del pseudo-hippy all-american boy hero de Timothy
Bottoms y la bella y enigmática Lindsay Wagner, se impone el Profesor
Kingsfield, compuesto por el legendario John Houseman (productor de Citizen
Kane, y ganador del Oscar al Mejor Actor de Reparto por este rol, que
prolongaría en las cuatro temporadas de la premiada teleserie), como un
pequeño triunfo del sentido del humor (por minimalista que éste sea) sobre las
adversidades de la discreción.
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