martes, 29 de mayo de 2012

Terence Stamp en Superman II

 Zod

Continuación de la que es probablemente la más importante película de superhéroes jamás realizada, esta popular aventura del Hombre de Acero es una secuela que, sin estar naturalmente a la altura de su predecesora --hey, The Godfather Part II tampoco lo está, realmente--, ofrece un espectáculo digno de atención. Es en esta parte de la historia --historieta-- que la humanidad de Superman (the one and only Christopher Reeve) alcanza sus mayores dimensiones, y que el genial Terence Stamp se roba el show a través de su inolvidable composición del mefistofélico General Zod (“Kneel before Zod!” será desde entonces una de las frases más emblemáticas en la carrera del legendario astro inglés, y su apariencia emperillada y vinílica mejor reciclada incluso que su rubísimo ángel edénico en Billy Budd). Dirigida con suficiencia temporalmente sobrevalorada por Richard Lester, la discutida producción tuvo algunos problemas, uno de cuyos resultados es al menos una versión firmada por Richard Donner que no fue estrenada en salas.

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