domingo, 11 de octubre de 2015

Bronson: The Mechanic (1972)


Charles Bronson, aquel irrepetible y carismático icono de la masculinidad en el cine, es el “mecánico” del título: un sicario a sueldo de una organización de elite, que lo envía alrededor del mundo en las misiones más necesariamente discretas y, por tanto, originales: ¿cuántas maneras pueden existir de enredar un crimen para que parezca (quien perezca, la víctima de) un ataque al corazón, si tal creatividad es factible? La respuesta, adelantada ya en los primeros fabulosos quince minutos silentes del metraje: un millón de maneras de morir --que dijera Hal Ashby. Como tiene que haber una película de 2 horas (100 minutos, a decir verdad), y todo tiene su final, al profesional consumado y curtido, consciente de su propia humanidad con fecha de vencimiento, le saldrá al paso un joven aprendiz (Jan-Michael Vincent, después protagonista de Big Wednesday (1978), esa oda religiosa al surf realizada por John Milius), el sinuoso e impasible hijo de un antiguo socio (interpretado por un estupendo Keenan Wynn, en cierto sentido, prefigurando la dinámica entre su Mr. Green y la L. A. Joan de Shelley Duvall en Nashville). Garantizado suspense en una de las cintas de acción más perfectas y modélicas de una época excepcional. 5/5

 Londres, febrero de 1972

No hay comentarios:

Publicar un comentario