En una de las cruciales interpretaciones de su carrera fílmica,
la grandísima Jodie Foster es una pequeña misteriosa, quien vive aparentemente
sola en una casa alquilada, no asiste a la escuela, ni lleva la vida normal de
los niños de su edad. Por ahí, además, merodea, lupino acosador siempre al
acecho, el infinitamente despreciable hijo (Martin Sheen, siempre genial) de la
dama responsable del alquiler (Alexis Smith, la hermosa damisela de Errol Flynn
en Gentleman Jim) al invisible poeta padre de la insólita criatura. Acre film
de misterio con momentos que bordean (o, inclusive, alcanzan) el horror --esa
escena con el hámster, por ejemplo, desagradable hasta lo
insoportable--, basado en la novela de Laird Koenig (aunque, por su estructura y
desenvolvimiento, podemos afirmar que estaría más bien basado en la obra de
teatro que cuenta la misma historia, escrita por el mismo autor de novela y
guión), que, sobre todo, brinda una nueva oportunidad de re-apreciar la calidad
asombrosa de una actriz luminosa y, como lo prueba este metraje, capaz de
iluminar los resquicios más hondos y perturbadores del alma humana a tan breve edad
(véase los últimos minutos, en un close-up que el rostro de Jodie sostiene
implacablemente, algo verdaderamente aterrador y que nunca olvidará el
espectador) --una estrella como ninguna otra. La película: 3.5/5 La actuación
protagónica: 5/5
martes, 30 de diciembre de 2014
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