"Tell'im I'm fucking coming!"
Terence Stamp nació el 22 de julio de 1939 en Londres, y en La fragata infernal de 1962 cayó del cielo al celuloide. Desde entonces --desde siempre--, este actor de figura noble y esquiva, miembro de aquella generación de jóvenes airados que renovó el panorama cultural británico de posguerra, ha sabido mantener una personalidad tan enigmática como atractiva en su extrañeza. No puede sorprender a nadie, luego, que sus trabajos más memorables incluyan al sociópata criminal de El coleccionista, el irresistible visitante de Teorema, y el infame General Zod de Supermán. Observar la secuencia de imágenes que lo reflejan como fragmentos de un espejo subjetivo e inexorable en Vengar la sangre (1999), es una manera conveniente de celebrar el recuerdo de un icono que era además (es todavía) un intérprete notable.
En Poor Cow (1967), utilizada brillantemente por Soderbergh
Ya cuando el director Steven Soderbergh concibió esta variación del clásico A quemarropa, tenía en mente una suerte de homenaje agridulce a la contracultura. Pese a que también su estilo narrativo es deudor del de John Boorman, Soderbergh logra llevar a buen puerto un admirable ejercicio audiovisual no exento de originalidad.