domingo, 29 de diciembre de 2013

Hedy Lamarr en Ekstase (1933)


Todo un mito del erotismo cinematográfico nació en esta cinta checa dirigida con vocación tal vez un punto demasiado metafórica por Gustav Machatý --quien retomaría el tema de la niña-mujer en la hollywoodiense Conquest (1937). A diferencia de la Maria Walewska interpretada por una Garbo con más de 30 años de edad, la antiheroína de Ekstase es muy propia: responde al nombre de Eva (cómo no) y la encarna, sin más sutilezas que las de la inescrutable psicología femenina, Hedy Kiesler, de 18 años de edad. (Kiesler, que ya había participado en otras cuatro películas desde 1930, haría su debut americano como Lamarr en Algiers, de 1938, interrumpiendo un hiato profesional de cinco años.) Con su extraña belleza de rasgos pasionales y su núbil apariencia, la intemporal Kiesler (gestos de actriz silente y todo, acaso más "natural" que en futuros trabajos) sabe transmitir la insatisfacción de su personaje, una jovencita ranchera (entre Constance Chatterley y los designios sexuales de una ninfa de Lars von Trier) cuyas ecuestres veleidades afectivas la convertirán en poco menos que una femme fatale con inútiles remordimientos de consciencia.

     

lunes, 2 de diciembre de 2013

Natalie Wood: The Green Promise (1949)


En esta valiosa película con mensaje, la pequeña gran Natalie Wood (11 años de edad) interpreta a Susie, la soñadora hija menor de un granjero tiránico (Walter Brennan) cuyo gobierno familiar ostenta el conveniente disfraz de la democracia. Tal patriarcado se verá remecido por la consciencia ética, de raíces bíblicas señaladas en el título, de su nueva comunidad de vecinos, sobre todo cuando Abigail, la hermana mala (una de esas niñas echadas a perder que antagonizan de lo lindo en el melodrama americano), alimente el conflicto al acusar la desobediencia de la hermana mayor, Deborah, quien con Susie es apoyada por el joven representante de la ley en el pueblo. El actor clave de films como Rio Bravo y My Darling Clementine es puntualmente convincente y la futura estrella de Rebel Without a Cause poco menos que adorable en esta bucólica, amable cinta --cuyo rodaje, no obstante, marcaría la vida de Natalie, con una pulsera característica y un no menos perenne (y trágicamente premonitorio) miedo pánico a las aguas profundas-- que vale la pena rastrear.